DÍAZ, L. Y HERNÁNDEZ, M.ª J. (1993). «Gramática y comunicación en la clase de español como lengua extranjera» en L. MIQUEL Y N. SANS (eds.). Didáctica del Español como Lengua Extranjera. Colección Expolingua. Cuadernos Tiempo Libre. Madrid. Fundación Actilibre. Vól. 1, págs. 89-105.
Disponible aquí.
Disponible aquí.
Maria
José Hernandez Y Lourdes Díaz buscan reflexionar sobre qué se entiende
por una enseñanza comunicativa haciendo centrar su discurso en la
importancia de centrar el objetivo de la enseñanza de una segunda en
aquella meta que el estudiante se establece (comunicarse en dicha
lengua) y argumentar, con el análisis con ejercicios de diferente
índole, los beneficios o contraposiciones a este objetivo de los métodos
de aplicación de la gramática prescriptiva, de la gramática centrada en
la morfosintaxis y de la pedagogía de la gramática en el contexto
pragmático.
Desde
el entendimiento del papel fundamental de la pragmática en el uso de la
lengua, de sus normas o reglas de funcionamiento y de la consideración
de la lengua como un acto comunicativo, de construcción de intercambios
de intenciones, se ha hecho necesario cambiar la forma de entender la
gramática, de la aplicación de sus reglas al acto comunicativo. Se hace
necesario adoptar métodos que tengan en cuenta el objetivo de
comunicación auténtica al que desea llegar el alumno, apostando por un
aprendizaje más vivencial, más cercano al uso natural de la lengua,
integrando todos los factores que intervienen e influyen en un acto
comunicativo real, como la gramática. Un método que vaya más allá de
atender a los fenómenos morfológicos o sintácticos, hacia al análisis de
los fenómenos que regulan el discurso en español (el acto de
comunicar). La unidad no es, ya, las estructuras morfosintácticas, sino
el intercambio comunicativo. Así, y puesto que gramática y comunicación
son inseparables. No pueden enseñarse aisladamente y es necesario
adecuar la enseñanza de la gramática al discurso comunicativo.
La
gramática, en muchas ocasiones, se ha desarrollado y se desarrolla en
diferentes metodologías que no han tenido en cuenta el objetivo final
del aprendiente, o que teniéndolo en cuenta su foco metodológico estaba
centrado en el análisis lingüístico no permitiendo una adecuación total
del uso de la lengua al contexto y una comunicación cooperativa, de
discurso constructivo.
1. Modelo gramática prescriptiva: Imperación de las normas gramaticales: No se tiene en cuenta el objetivo del estudiante.
El
criterio que prima es ofrecer la norma culta a través de textos
literarios y el ejercitar al aprendiz en la realización de ejercicios
basados en consideraciones metalingüísticas per se. El resultado, el alumno no adecua el registro que debe usar y su comunicación tiene un exceso de reflexión metalingüística.
2. [Gramática
estructurada]: Imperación del criterio de análisis lingüístico
(analizar frases). Se tiene en cuenta el objetivo, pero no se tiene en
cuenta la influencia de la pragmática en la gramática, las conecsiones
entre sí de los actos del habla y la comunicación de cooperación
(principio de cooperación de Grace). Se da una confusión entre los que
es “comunicar” y lo que es “construir” [entienden construir frases en
vez de construir intercambios comunicativos].
Se aprende a construir
estructuralmente exponentes pero sin tener en cuenta la intención de los interlocutores,
la situación, quiénes son los hablantes, aspectos culturales, etc. Al mismo
tiempo, no hay discurso cooperativo por lo que preguntas y respuestas no tienen
la adecuada relación. “No presta atención a elementos tales como operadores
metalingüísticos del tipo «bueno», «pues»”. Se queda en la estructura y no
tiene en cuenta el concepto; el porqué, la función de estos elementos
metalingüísticos en el intercambio comunicativo.
3. [Método de la pedagogía de la gramática dentro del contexto comunicativo]
se tiene en cuenta el objetivo del estudiante y la importancia de que él
participe en su aprendizaje y puede valorar su propio proceso. Hay una
concepción positiva del error, que se considera un signo de adquisición. El
resultado es una comunicación auténtica, porque se vivencia, de una forma
cercana a la realidad, el proceso de comunicación aplicando todos los factores
que lo afectan.
La unión entre la gramática y los componentes metalingüísticos con una
comunicación auténtica estará en enseñar al alumno los recursos necesarios para
construir e interpretar los exponentes adecuados asociados a sus intenciones
(funciones) y de los demás interlocutores, por medio del análisis del papel que
los conceptos metalingüísticos juegan en el uso de la lengua. La gramática
forma parte de los recursos y se usa en relación al contexto pragmático.
Por último las autoras del artículo nos
hacen una reflexión sobre el papel del profesor en la enseñanza de lenguas
extranjeras.
- El profesor [el juglar en la historia] es el observador de cómo se
produce el acto de comunicación, el conocedor de las reglas del uso de la
lengua y el guía del estudiante en su empeño por alcanzar su objetivo y no un
mero descriptor de reglas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario