domingo, 17 de marzo de 2013

Módulo 2. Unidad Formativa 1. Actividad 2. Funciones comunicativas

En la unidad se nos pidió contestar, a priori, a las siguientes preguntas sobre el enfoque de las funciones comunicativas en las actividades de enseñanza. 

Trabajo individual



¿En cuál de las dos actividades tienen los alumnos mayor libertad expresiva?

En la actividad dos (B) porque en la uno (A) se pide que sólo utilicen el imperativo o poder + infinitivo.
 

¿Cuál es mejor para aprender a realizar peticiones en español? ¿Por qué?



Creo que las dos actividades son adecuadas para enseñar a formular peticiones en español pero condicionadas a dos aspectos importantes y muy concretos: la situación de una oficina y la distancia social entre empleado y jefe. Igualmente, las actividades se atiende a intenciones diferentes: la primera se centra más en la práctica del uso de imperativo y poder+ infinitivo, mientras que la segunda permite todo tipo de fórmulas, quizá a modo de repaso o recopilatorio de varias fórmulas.



¿Permiten las dos actividades valorar si el alumno sabe formular peticiones de manera adecuada? ¿Por qué?



Sí, porque se puede valorar si tiene en cuenta 1. qué es lo que pide, 2. a quién se lo pide, 4. en qué situación se encuentra y 5, y en su caso, si utiliza o construye adecuadamente las fórmulas que se le piden.



¿Utilizaría en clase las dos actividades, solamente una o ninguna? ¿Por qué?



Utilizaría las dos actividades pero quizá en momentos diferentes. La primera para centrarme en el uso del imperativo y de poder+infinitivo y la segunda, para el uso general de todas las fórmulas de petición. Pero además, resaltaría que se trata de una situación concreta (una oficina) y que hay una distancia social concreta, igualmente, entre los interlocutores.
 


Ventajas e inconvenientes de enseñar una lengua a través de actividades de práctica funcional, si nuestro objetivo es enseñar a comunicar en una lengua extranjera.



Ventajas: Se aprende a manejarse en situaciones concretas, se aprende a resolver posibles dificultades, se aprenden los esquemas mentales socialmente compartidos al compararse con los de otros países, se aprende mucho vocabulario. Se obtiene información y recursos muy valiosos y reales para desenvolverse en una situación concreta.



Desventajas: El hecho de que pueden ser utilizados más de un exponente para una función, el aprendiz puede no quedarle claro o necesitar más tiempo para afianzar la estructura gramatical de un exponente. Que la flexibilidad de circunstancias que aparezcan, pueden desviar el objetivo.


 
[Ver las reflexiones sobre la didáctica por tareas o funcional realizadas al final de este post en “Correcciones, conclusión y reflexiones a las actividades del módulo2”]







Puesta en común del grupo 5

¿En cuál de las dos actividades tienen los alumnos mayor libertad expresiva?


En la actividad B porque no restringen las fórmulas a utilizar, mientras que en la A se pide que empleen únicamente el imperativo o poder+infinitivo.


¿Cuál es mejor para aprender a realizar peticiones en español? ¿Por qué?


Ambas actividades pueden ser perfectamente válidas para enseñar a formular peticiones. Será el profesor el que escoja una u otra acorde al nivel del alumno. Si bien la actividad B es más completa porque engloba el caso de la petición del empleado hacia el jefe y viceversa (diálogo), dando mucha libertad en las fórmulas y registros a utilizar, lo cual se parece más a una práctica de la vida real con otro compañero; la actividad A puede ser más adecuada para un nivel inicial donde sea necesario guiar al alumno indicándole qué fórmula debe utilizar.


¿Permiten las dos actividades valorar si el alumno sabe formular peticiones de manera adecuada? ¿Por qué?


Los planteamientos de las dos actividades son distintos pero con el mismo fin, en el primer caso la actividad es individual y en el segundo es grupal, el primero da las pautas de cómo hacerlo y el segundo simplemente se atiene a que ya las sabe y refuerza con el ejercicio. Por eso, creemos que las dos actividades valoran la capacidad del alumno a formular peticiones, aunque, evidentemente, tendremos que tener claro los criterios a valorar en base a la gramática, al léxico, a la adecuación... propios de cada nivel.



¿Utilizaría en clase las dos actividades, solamente una o ninguna? ¿Por qué?


Las dos sirven pero deberían aplicarse con criterios diferentes dependiendo del nivel del alumno.


En un nivel A1-A2 o para introducir el tema de las peticiones, utilizaríamos la A pues se guía al alumno y es más sencilla. Pero a medida que el alumno progresa y conoce más fórmulas, el formato de la actividad B es perfecto pues establece un diálogo y es más abierto en cuanto a fórmulas y registros.



Comentarios del profesor a la actividad común realizada

Estoy de acuerdo con casi todo lo que decís. Sin embargo, hay que precisar que en la actividad A no se aprende realmente a formular peticiones, sino a formar frases con el imperativo y con "poder + infinitivo". No se tiene para nada en cuenta el modo en que uno y otro recurso se utilizan: en qué situaciones, para qué tipos de peticiones, con qué interlocutores... Falta todo eso, que es fundamental para valorar si una petición es pragmáticamente adecuada o no...

La actividad A es útil para la práctica estructural, como forma de ayudar a agilizar el manejo de los recursos lingüísticos que se practican; sin embargo, harán falta actividades más abiertas (como la B) para aprender realmente a formular peticiones.


[José Amenós. Curso Lengua y Comunicación. Instituto Cervantes]



  
Reflexiones, correcciones y conclusiones a las actividades realizadas y a los contenidos del módulo 

(incluido lectura obligatoria Francisco Matte Bon. "Los contenidos comunicativos y funcionales" en J. SÁNCHEZ LOBATO E I. SANTOS GARGALLO (dirs.). Enseñar español como segunda lengua o lengua extranjera. Vademécum para la formación de profesores. Madrid. SGEL.)



Aprender una lengua extranjera es, ante todo, adquirir la capacidad de usarla para satisfacer adecuadamente unas necesidades determinadas. Es decir, servirse del sistema lingüístico para llevar a cabo acciones, esto es, para comunicar.



La enseñanza, en consecuencia, de una lengua extranjera debe ir encaminada a desarrollar estas acciones.



De esta manera, aunque en los años 70 y 80 tuvo una gran importancia un enfoque nociofuncional de la enseñanza, los estudios y análisis posteriores han derivado en un enfoque comunicativo o de tareas de la enseñanza, precisamente, después de afirmar la importancia de manejar estas acciones en situaciones concretas y atendiendo a todos factores comunicativos y componentes pragmáticos que intervienen en la comunicación.



La enseñanza funcional (enfoque comunicativo) o de tareas, está enfocada a la acción, a la resolución de situaciones y no al conocimiento de las funciones de los exponentes únicamente (didáctica nociofuncional). La enseñanza de tareas su objetivo principal es enseñar al alumno a manejarse en situaciones de la vida real, realizando para ello las acciones necesarias (pedir, aconsejar, exhortar, afirmar, estar en desacuerdo…), lo que conlleva saber utilizar y formular las fórmulas de expresión (exponentes funcionales) como recursos para alcanzarlos objetivos deseados [y éstas son las ventajas de un enfoque funcional de la enseñanza].



La diferencia de la didáctica nociofuncional es que su objetivo principal es conocer el uso de los exponentes, funciones y nociones y por ello, las distintas situaciones son excusas para su práctica.



No obstante, unidades didácticas nociofuncionales pueden ser un paso previo en la enseñanza, como medio para el conocimiento de los recursos que pueden utilizarse en las diferentes situaciones, en las acciones que desea realizar.
 
En consonancia con estas explicaciones y apreciaciones, podemos darnos cuenta de lo siguiente con respecto a las actividades realizadas en éste módulo, unidad formativa 1, actividad 2., sobre funciones comunicativas [ver apartado 4.1.]:




La actividad A no es una actividad adecuada para medir la adecuación pragmática de los exponentes de acuerdo con la función y la situación, o lo que es lo mismo, no es una actividad para la enseñanza funcional ya que:



-    - se invita al aprendiz a producir por escrito una serie de frases aisladas que, en la realidad, corresponderían a usos orales.

- No se pone nunca en relación la forma del enunciado con un objetivo comunicativo concreto,

-   Ni se establece correspondencia alguna entre la manera de pedir y el tipo de petición de la que se trata (más o menos rutinaria, más o menos importante).



De esta manera, la actividad A sería una unidad de la didáctica nociofuncional, mientras que la B, es de la didáctica de tareas.



Bibliografía y recursos interesante o complementaria 


- Más información sobre el nociofuncionalismo en:



- Sobre el enfoque por tareas:




-  Esther Gutiérrez. “Cómo integrar los contenidos nocio-funcionales en nuestras programaciones: criterios de selección y secuenciación de funciones y exponentes desde un punto de vista pragmático”.

Diccionario de términos clave de ELE http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/default.htm



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